Ese hormigueo en los dedos…
Uno de los problemas más frecuentes al practicar bondage es la sensación de hormigueo en las manos por algunas ataduras que involucran los brazos.
Como se puede ver, este problema puede ser causado por la reducción de la circulación sanguínea o por la compresión de un nervio.
Si el problema viene de una baja circulación sanguínea el entumecimiento se extiende en toda la mano. No necesita desatar inmediatamente, porque, a menos que se conozcan problemas físicos específicos, una circulación reducida no implica una situación peligrosa inmediata. A algunas personas atadas no les molesta, algunos no lo soportan en absoluto, con alguien este hormigueo ocurre inmediatamente, con otros con menos frecuencia. Sin embargo, es una señal de un problema en curso que tiene que ser resuelto de todos modos.
Si el problema es causado por la compresión de nervio, el hormigueo se limita solo a un área específica de la mano, por ejemplo solo dos dedos.
Desafortunadamente, a veces una compresión nerviosa puede surgir cuando la mano ya está entumecida debido a un problema de sangre o incluso puede ser aparentemente asintomática. En esta situación, reconocer el problema podría ser muy difícil.
Un daño a los nervios puede surgir repentinamente y causar un daño grave en pocos segundos, especialmente si el bottom está suspendido.
En cuanto al nervio radial (y al mediano), el control más importante es tratar de levantar el pulgar cerrando los otros dedos (la posición “thumbs-up”). Si no puede hacer esta comprobación, el nervio radial se ha visto comprometido.
Por otra parte, puede tratar de tocar y empujar las otras yemas de los dedos con el pulgar (haciendo un “ok” un dedo a la vez) para comprobar si la funcionalidad es la misma para todos los dedos. Si algunos son menos sensibles o más débiles que los otros, esto puede ser causado por una compresión nerviosa.
También puede comprobar la funcionalidad de la mano si puede abrirla por completo; la dificultad para extender completamente el meñique es signo de compresión del nervio cubital.
Recuerde que es mejor dar la alarma que ignorar un signo de queja o peligro y terminar la atadura con un daño más o menos grave.
Tenga en cuenta que la seguridad para este tipo de ataduras no se trata sólo de “dónde”, sino también “cómo” pasa la cuerda. Por esta razón es muy importante tener clases con profesores experimentados que puedan darle recomendaciones fundamentales sobre hacer este tipo de ataduras de la mejor manera.
Las personas atadas también deben estar preparadas. Una persona atada que puede dar la retroalimentación correcta y que conoce sus caminos nerviosos y en consecuencia la mejor colocación de cuerdas en su propio cuerpo podría informar al atador sobre sus necesidades, contribuyendo a una sesión de cuerdas agradable y segura. Este comportamiento no hace que el atado parezca aprensivo o menospreciado al atador; por el contrario, es un signo de atención y preparación.